ECONOMÍAS TRANSFORMADORAS
Las economías transformadoras engloban un conjunto de prácticas, iniciativas y modelos económicos que buscan reorientar la economía hacia el bienestar colectivo, la sostenibilidad ambiental, la equidad y la democracia. Frente a los modelos dominantes basados en la acumulación, la competencia y el extractivismo, estas economías buscan alcanzar en futuro en el que el tanto el cuidado de las personas y del planeta, como la distribución justa de la riqueza y el poder se conviertan en el centro de la economía.
En esta página exploramos las corrientes con las que más nos identificamos:
Economía Social
La Economía Social es una forma de entender y organizar la economía desde valores como la cooperación, la solidaridad, la equidad, la sostenibilidad y la primacía de las personas sobre el capital. A través de sus diversas fórmulas jurídicas —como cooperativas, sociedades laborales, asociaciones, fundaciones o mutualidades—, promueve un modelo económico más justo, democrático y resiliente.
Según la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social, se entiende por economía social el conjunto de actividades económicas y empresariales privadas que llevan a cabo aquellas entidades que persiguen el interés general. La ley trata de describir a las entidades que componen la Economía Social como aquellas que actúan en base a una serie de principios.
Principios de la Economía Social
- Primacía de la personas y fines sociales sobre el capital.
- Reparto al fin social de la entidad o a las personas trabajadoras en función del trabajo aportado.
- Solidaridad interna y externa.
- Independencia respecto a los poderes públicos.
En el ámbito de Canarias, la Ley 3/2022, de 13 de junio, de Economía Social de Canarias, reconoce y fomenta estas entidades como actores clave para el desarrollo local, la cohesión territorial, la creación de empleo digno y la transición ecológica. La norma autonómica destaca el compromiso de la economía social con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la inclusión social y la revitalización del tejido productivo desde una lógica comunitaria.
Las cooperativas en la Economía Social
Las cooperativas son una de las expresiones más sólidas y emblemáticas de la economía social. Son empresas de propiedad colectiva y gestión democrática, donde las personas se organizan para satisfacer necesidades comunes —ya sean laborales, de consumo, de vivienda, energéticas o de cuidados—.
Tanto en las leyes de Economía Social, como en las de cooperativas, tanto la ley estatal como la canaria, reconocen expresamente a las cooperativas como agentes prioritarios de la economía social, por su capacidad para generar empleo estable, redistribuir beneficios y fortalecer el tejido productivo local. Su estructura democrática garantiza que una persona es igual a un voto, lo que las convierte en espacios de aprendizaje para la participación activa y la ciudadanía económica.
Las cooperativas no solo son instrumentos económicos; también pueden ser escuelas de democracia, de corresponsabilidad y de transformación social.
Economías Transformadoras
Entre las principales corrientes que componen las economías transformadoras se encuentran la economía social y solidaria, la económía feminista, la economía ecológica, la economía del bien común y las economías comunitarias y populares. Todas ellas coinciden en poner en el centro valores como la cooperación, la participación, la equidad de género, la sostenibilidad ecológica y la justicia social.
En este marco, las cooperativas juegan un papel estratégico y estructurante. Como empresas de propiedad colectiva y gestión democrática, permiten articular las necesidades de las personas con la actividad económica de forma participativa, solidaria y responsable. No se limitan a operar en los márgenes del sistema, sino que ofrecen alternativas viables y escalables que reconfiguran las relaciones económicas desde abajo.
Gracias a su flexibilidad, arraigo territorial y lógica de intercooperación, las cooperativas pueden convertirse en motores de transición hacia nuevas economías que respeten los límites ecológicos y fortalezcan el tejido comunitario. Además, al redistribuir el valor de manera equitativa y fomentar la corresponsabilidad, contribuyen a democratizar el acceso a recursos, al trabajo digno y a la toma de decisiones.
Las economías transformadoras proponen un cambio profundo del modelo económico actual, y las cooperativas, por su trayectoria, principios y capacidad de innovación social, serán protagonistas en la construcción de ese futuro más justo, democrático y sostenible.

Economía Social y Solidaria
La Economía Social y Solidaria (ESS) es un enfoque económico que pone la vida en el centro, integrando prácticas productivas, de consumo, distribución y financiación que se orientan al bienestar colectivo, la justicia social y la sostenibilidad ecológica. A diferencia de otros modelos económicos, en la ESS no se persigue el lucro individual, sino la satisfacción de necesidades humanas y comunitarias.
La ESS recoge los valores históricos de la economía social —como la cooperación, la autogestión o la democracia interna— y los amplía con un enfoque crítico y transformador. Integra prácticas feministas, ecológicas, decoloniales y comunitarias, buscando no solo “suavizar” el capitalismo, sino construir alternativas reales al sistema económico dominante.
Aunque aún no existe una ley específica sobre ESS en el Estado español ni en Canarias, su reconocimiento es creciente en políticas públicas, estrategias de innovación social y redes ciudadanas. Se basa en una tradición viva de iniciativas autogestionadas, movimientos sociales, economías populares y prácticas cooperativas que resisten y reinventan lo económico desde abajo.
¿Porqué la Social y Solidaria?
Porque vivimos en un momento en que las crisis se entrelazan: ecológica, social, de cuidados, económica y de sentido. La ESS propone otra forma de vivir, producir, consumir y organizarnos. Una forma más coherente con los límites del planeta y con los valores de equidad, interdependencia y solidaridad que muchas personas ya practican cotidianamente.
La ESS es relevante porque te interpela como ciudadana o ciudadano: no se trata solo de lo que haces, sino de cómo lo haces, con quién y para qué. Es una invitación a recuperar el control sobre nuestras economías, a organizarnos de forma cooperativa, y a construir futuro desde lo común.
Impulsar la ESS implica apoyar proyectos que cuidan, que redistribuyen, que fortalecen redes locales y que promueven relaciones justas con las personas y los territorios. Es apostar por una economía al servicio de la vida, no del capital.
Y por último, y casi que más importante, porque ofrece las mejores herramientas para maximizar un impacto positivo en el entorno.
Las Herramientas
Mercado Social
El Mercado Social es una red de producción, distribución, consumo y financiación de bienes y servicios que funciona con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios. Su objetivo es crear una economía alternativa y real, donde las relaciones económicas se basen en la cooperación y el bien común, no en la competencia ni en el lucro.
Balance Social
El Balance Social es una herramienta de autoevaluación colectiva que permite a las entidades de la ESS medir y visibilizar su impacto social, ambiental y democrático. A diferencia de los balances financieros convencionales, esta herramienta pone el foco en los valores y prácticas éticas, y ayuda a identificar fortalezas y aspectos a mejorar.
Finanzas Éticas
Las finanzas éticas proponen otra forma de entender el ahorro, la inversión y el crédito: una forma transparente, participativa y orientada al bien común. En lugar de especular o financiar actividades destructivas, las finanzas éticas canalizan recursos hacia proyectos que generan impacto positivo en lo social, lo ambiental y lo comunitario.
